viernes, 14 de junio de 2013

Por encima de Todo











POR ENCIMA DE TODO


(Sobre un comentario de Reginald Horace Blyth)






Quien mira el cielo en el agua, verá los peces en los árboles.

Proverbio chino 




Meigetsu ni  inukoro suteru  shimobe kana



La luna llena…


Un sirviente


abandona a un cachorrito.


Buson

Aquí Buson se alza por encima de la moral, por encima del panteísmo, a una esfera en que las cosas simplemente están. La brillante luna otoñal está alumbrando, y un sirviente lleva a un gimoteante cachorro para abandonarlo en la espesura y dejar que muera de hambre. Es demasiado compasivo y, reacio a matarlo él mismo, elude la responsabilidad permitiendo que la Naturaleza haga su labor. Todo se purifica bajo los brillantes rayos de la luna: la cobardía y el heroísmo, la crueldad, la compasión, el sentimentalismo, el cachorro a medias humano, el sirviente a medias canino. Dios hace brillar a su luna sobre el cachorro solitario en la maleza. Para demostrar los alcances del genio poético de Buson, podemos comparar estos versos con otros, en los que se aprecia cómo el poeta mira la luna primaveral con los oídos de Buda:
Tsuki ni kikite  kawazu nagamuru  tanomo kana
Escuchar a la luna,
mirar fijamente el croar de las ranas…
La extensión del arrozal.
Tiene una nota preliminar: “Para Kito, en la Fiesta de Escuchar a las Ranas.”
La poesía de Buson sería descrita por algunos como un simple recurso literario, un ejemplo de la figura retórica llamada Epíteto Transferido.* Pero como se apuntó en el capítulo sobre figuras retóricas en El Zen en la literatura inglesa, una figura retórica es una forma de la imaginación, cierta manera de comprender las cosas que se aparta de la normalidad, que exige por lo tanto una forma diferente de expresión. A veces, en verdad generalmente, miramos fijamente a la luna y escuchamos a las ranas, pero en otras ocasiones, más a menudo de lo que somos conscientes, actuamos como lo ha escrito Buson.Fuente:R. H. Blyth:


Haiku. Vol. IV. Hokuseido. Tokyo, 1951




Retomando los análisis de los comentarios de Blyth sobre los haikus del gran maestro haijín Busón, ofrecemos el que sigue a continuación:

 Cita:


...Aquí Buson se alza por encima de la moral... 
 Por lo visto, para Blyth prescindir de la moral representa un gran avance personal, pero ¿acaso puede alguien "alzarse por encima" de los valores morales? Cualquier intento de hacerlo está abocado al fracaso, ya que acarrea la muerte del alma sin que a veces el osado aventurero se dé cuenta siquiera. Porque lo moral, e.d. el bien es el ¨oxígeno¨ del alma, lo mismo que el oxígeno del aire lo es para el cuerpo; y prescindir de ellos es nada menos que autodestruirse.
En realidad, si hemos de ser precisos, nadie se puede ¨alzar¨ por encima de la moral a un estado superior ella, sino únicamente ¨caer¨, ¨degaradar¨ de un estado de moralidad a otro de amoralidad.              
  Este tema fue ampliamente tratado en otro estudio nuestro sobre Blyth.
Cita:


...por encima del panteísmo...  
   Nada en el haiku induce a pensar en el panteísmo (*), ni tampoco hay indicios de que Busón fuera un panteísta en el sentido estricto de la palabra.


Cita:
...a una esfera en que las cosas simplemente están. 
   El espíritu del hombre se encuentra en su estado natural, la paz, cuando está ubicado en el bien y no cuando ¨simplemente¨ flota en la nada, en un estado moralmente muerto ¨por encima¨ del bien.
Cita: 
...La brillante luna otoñal está alumbrando, y un sirviente lleva a un gimoteante cachorro para abandonarlo en la espesura y dejar que muera de hambre. Es demasiado compasivo y, reacio a matarlo él mismo, elude la responsabilidad permitiendo que la Naturaleza haga su labor. 
  Nada en este haiku indica que el cachorro haya tenido que ser sacrificado. Uno no debería ser tan ¨lógico¨ en sus deducciones. El haiku dice que un sirviente abandona un cachorrito, nada más. A partir de allí la historia del pequeño cachorrito gimoteante, del noble sirviente desgarrado por dilemas morales y de la Naturaleza haciendo su labor asesina bajo los brillantes rayos de la luna otoñal pertenecen al campo de la ficción literaria y no al haiku.
   Todos estamos llamados a respetar el sagrado territorio del haiku y bajo ningún pretexto invadirlo con nuestras imaginaciones, por muy evidentes y oportunas que nos parezcan. Dicho en términos occidentales, no hace falta dibujarle una sonrisa a Mona Lisa. 
Cita:
...Todo se purifica bajo los brillantes rayos de la luna: la cobardía y el heroísmo, la crueldad, la compasión, el sentimentalismo, el cachorro a medias humano, el sirviente a medias canino.
  ¿Y qué significa una crueldad ¨purificada¨? La primera impresión que da esta frase es que el mal se puede ¨purificar¨ y convertir en bien o por lo menos, perder el mal olor. Pero, y afortunadamente, entre el mal y el bien no caben medias tintas, ni tampoco existe una zona ¨neutral¨ "por encima" de ellos. De ello da testimonio inequívoco la consciencia de cada uno de nosotros: cuando estamos ubicados en el bien, nos sentimos en casa; y al contrario, cuando no sabemos distinguir entre el bien y el mal, nos sentimos tensos, confusos y perdidos; en nigún caso en un estado de una supuesta ¨armonía superior¨.
        La luna, por muy misteriosamente poderosa que se nos presente, no puede alterar el orden moral del universo, donde existen claramente definidos el bien y el mal. El mal no puede convertirse en bien: un hombre puede pasar del hacer el mal al hacer el bien, pero ello no significaría que el mal se haya tranformado en bien. Quien ha sufrido una transformación es el hombre mismo. Por lo tanto hay que hacer una distinción muy clara entre el ser humano y la naturaleza de sus actos.

   Por otra parte, ¿se habrá visto alguna vez un cachorro medio humano o un sirviente medio canino? Nada de eso puede existir, porque sería una aberración y un atentado contra el orden del universo. En este sentido, es interesante observar cómo el autor lanza, inconscientemente quizá, primero la idea de la relatividad entre el bien y el mal, lo cual supuestamente haría más aceptable la idea absurda de una mezcla entre el animal y el ser humano; una idea que de entrada sería repugnante para el lector... De una seudosimbiosis en lo moral invisible, a una seudosimbiosis en el orden orgánico visible.
 Recordamos aquí otra mezcla antropozoológica, esta vez entre un cormorán y un niño, que Blyth propone con ahínco  en su interpretación de un haiku de Issa. La anormalidad, en vez de repugnante se nos presenta como un modo de vida superior, así como, en otro comentario suyo sobre Busón, la arbitrariedad, como libertad. 
                
Cita:
...Dios hace brillar a su luna sobre el cachorro solitario en la maleza.   
   Dios, tal como lo entendemos nosotros, no ¨purifica¨el mal, trasportándolo a una esfera moralmente neutral donde el mal ya ¨simplemente está¨. El esquema arriba descrito encuentra su acabado en la, para nosotros, falsa idea de que en realidad es Dios para Quien no existen las distinciones: ni entre bien y el mal (el acto de crueldad ¨purificado¨ por la luz de la luna), ni entre hombre y el resto de la creación (la simbiosis, en este caso, entre el animal y el hombre), ni entre El mismo y la creación. Que el estado superior de las cosas es el estado del ¨simplemente estar¨ donde las distinciones desaparecen y las cosas se mezclan indiscriminadamente. Esta es una idea diametralmente opuesta a la noción de un Dios bueno (y no moralmente indiferente), un Dios que es amor (y no impasividad) y un Dios que ha creado el Universo con amor, asignándole a cada cosa su sentido, su identidad, su funcón y su puesto determinado. Y que el ser humano es la única criatura en la que ha infundido un espíritu que lo hace especial y lo asemeja a su Creador.
   De todas formas, no deja de extrañarnos esa tenaz insistencia de Blyth en la idea de Dios, aquí y en muchos sitios más (aunque el suyo sea un dios frío e indiferente para con el hombre) cuando en realidad, para el tipo de cosmovisión que él promueve a través de sus interpretaciones de haikus clásicos la idea de Dios es inexistente o como mucho, y en casos muy aislados, es imprecisa, lejana e irrelevante.

Cita: 
...Para demostrar los alcances del genio poético de Buson, podemos comparar estos versos con otros, en los que se aprecia cómo el poeta mira la luna primaveral con los oídos de Buda:
Tsuki ni kikite  kawazu nagamuru  tanomo kana

Escuchar a la luna,
mirar fijamente el croar de las ranas…
La extensión del arrozal.


   ...Nada en este haiku indica que Busón esté mirando la luna ¨con los oídos de Buda¨. El poeta, volvemos a insitir, habla únicamente de un sirviente abandonando a un cachorrito bajo la luna, nada más. Los oídos de Buda no aparecen por ningún lado, así que sin duda alguna se trata de otra añadidura extravagante estilo Blyth. Ello no nos debería extrañar, ya que, según las palabras del mismo Blyth ¨el arte es zen congelado¨ (¨art is frozen zen¨); es decir, el arte del haiku no es más que zen budismo ¨en estado de congelación¨. Por lo tanto, parece ser, cualquier noción zen budista que se adscriba al haiku, a pesar de no existir en él, sería verdadera, oportuna y hasta necesaria. En realidad, parece estar diciéndonos Blyth, si el haiku es zen congelado, la misma existencia del haiku se debe al zen budismo
    En una cosa sí que estamos de acuerdo con Blyth: que la poesía queda muerta y congelada cuando se le intenta utilizar para promover una u otra convicción, ideología o filosofía como claramente ocurre en este caso. 
Cita: 
...La poesía de Buson sería descrita por algunos como un simple recurso literario, un ejemplo de la figura retórica llamada Epíteto Transferido.* Pero como se apuntó en el capítulo sobre figuras retóricas en El Zen en la literatura inglesa, una figura retórica es una forma de la imaginación, cierta manera de comprender las cosas que se aparta de la normalidad, que exige por lo tanto una forma diferente de expresión. A veces, en verdad generalmente, miramos fijamente a la luna y escuchamos a las ranas, pero en otras ocasiones, más a menudo de lo que somos conscientes, actuamos como lo ha escrito Buson.
   Suponemos que al sacar a colación el segundo haiku la idea de Blyth ha sido mostrar que, al igual que la luna puede ser (y a menudo es, según él) percibida a través de los oídos, y que ¨ver¨ las cosas a través de los oídos en realidad es comprenderlas, de la misma manera el mal (en este caso, el abandonar o matar el cachorrito) se hace algo muy superior al mal y al bien - un mal que ya no es ni mal ni bien - si se le mirase desde la perspectiva de la luz de esa luna misteriosa e igualadora que Dios  supuestamente ha colocado en lo alto para ¨elevar¨ las cosas a su estado de imparcialidad. En definitiva, tal como nos lo presenta Blyth, hacer el mal bajo la mirada de un Dios moralmente indiferente en realidad no es hacer el mal, porque el mal queda¨purificado¨y nosotros nos vemos  ¨elevados por encima¨ de un mundo vulgar donde persisten las distinciones morales, unas  distinciones que nos hemos impuesto nosotros mismos por no ser suficientemente ¨desarrollados¨.                
   Confundir los conductos de percepción se recomienda como la vía para alcanzar la percepción superior, e.d. una revelación. De allí se hace más creíble la extraña idea de que, si ver con los oídos y oír con los ojos es una percepción superior, entonces mezclar indiscriminadamente las cosas y los conceptos es verlas en su esencia. De lo cual se desprendería que elevarse por encima de los valores morales es entrar en una esfera superior de la existencia. En otras palabras, ser moral, es decir, vivir en el bien se nos presenta como un estado inferior al ser a-moral, el enontrarse por encima del bien y el mal; y que alcanzar este úlimo estado de a-moralidad (imposible, como hemos señalado antes), eso es ser desarrollado,  haber llegado a la plenitud y a la iluminación.
   Parece que para Blyth Dios es un oportunista que juega con el Universo, porque le aburre que las cosas sean tales como las había establecido desde  siempre; y que siente la impelente necesidad de destruir, mediante toda suerte de extravagancias y mezcolanzas, el orden que Él mismo ha establecido, porque  por lo visto tal como está, con su orden armónico y las leyes morales y físicas que lo sostengan, el Universo no es perfecto.
   Por lo tanto, según Blyth, un Universo donde el mal es mal y el bien, bien; la verdad, verdad y la mentira, mentira, el hombre, hombre y el animal, animal; en definitiva, donde existe cualquier distinción de orden físico o moral, ese Universo es un Universo imperfecto, porque no ha alcanzado su estado de ¨imparcialidad divina¨. 
   Sin embargo, seguimos sin entender por qué Blyth insiste en utilizar al gran maestro del haiku Busón y su preciosa poesía, así como a los demás colosos del haiku, para transmitir sus convicciones e ideas derivadas; es decir, qué tiene que ver con todo ello el haiku como tal. Como que la poesía existiese únicamente para satisfaser las fantasías  de uno u otro filosofante: una simple mujer de placer en una orgia, en un pandemonium donde, bajo la luz de la luna llena, ya no importa quíen es quién y qué está haciendo.




La luna llena.
Un sirviente
abandona a un cachorrito.




***



(*) Panteísmo: Término compuesto de las palabras griegas "pan", todo, y "theós", dios. En general, entendemos por panteísmo la identificación del mundo con dios, o de dios con el mundo, como se prefiera, de tal modo que forman una única realidad, no aceptando, pues, ninguna realidad trascendente ni personal, dando lugar a una interpretación monista de la realidad.

   La filosofía de Spinoza es un ejemplo de tal interpretación. Si se considera que dios es la verdadera realidad, y el mundo algo que emana de dios, se habla de un panteísmo acosmista. Si, por el contrario, se considera que el mundo es la verdadera realidad, y que dios no es sino la autoconciencia del mundo, por ejemplo, hablamos de un panteísmo ateo. De cada una de las dos versiones hay, por lo demás, distintas interpretaciones.



Fuente: (aquí)






27.11.2012


Constantino Dimitrov (c)
Miembro de la Fundación Internacional del Haiku, Tokio, Japón

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Fuente de la imagen (*)

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