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Busón en Vuelo Libre

(Sobre un comentario de Blyth)

Otros escritos sobre Blyth: (aquí)

Imagen: Constantino Dimitrov (c)

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Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas 

de los espinos o higos de los abrojos? 

Mateo 7,16

Kiku-tsukuri  nanji wa kiku no  yakko kana

Sembrador de crisantemos,
¡eres el sirviente
de los crisantemos!

Buson

Esta estrofa parece algo breve, como si expresara la exasperación de Buson. El aficionado a los crisantemos podría replicar que el poeta es esclavo de la poesía, y no dejaría de tener un poco de razón, pero el objetivo de la vida poética, o más bien su condición, es la libertad. La gente con pasatiempos e ismos, aquellos que distorsionan sus vidas en aras de un conjunto de principios o de algún propósito, se ven ellos mismos prisioneros de aquello que pensaron enjaular. La poesía de la estrofa precedente, si tiene alguna, está en la cólera que provoca el mal uso de la vida y la belleza. Lo que debió ser flor, se vuelve una atadura, lo que debía provocarnos una sonrisa, nos hace fruncir el ceño. En lugar de seguir a la naturaleza, tratamos de forzarla. Los primeros serán los últimos; y los últimos, los primeros. Quizás sería mejor asumir que el poeta (o el hombre que cultiva las flores) está hablando consigo mismo. Desde muy temprano en la mañana, hasta las altas horas de la noche, vela por los crisantemos, no se libra de ellos ni un instante. Cada crepúsculo, los mira hasta que anochece; lo primero que hace al alba, antes que cualquier otra cosa, es ir al jardín a contemplarlos. Siente que el hombre fue hecho para los crisantemos, no a la inversa. ¿Y cuál es la verdad? Si usted cree que el domingo fue hecho para el hombre, entonces nosotros podemos decir: “El hombre fue hecho para el domingo”. Por supuesto, la verdad es que ninguno está hecho para el otro, y a la vez están hechos para cualquiera. El poeta se da cuenta de esto en su fuero interno, lo piensa y se ríe de sí mismo, tiene una secreta satisfacción ante su propia desmemoria cuando atiende a las plantas.
Hay una estrofa pre- busoniana de Shukuzan:

Kyô kiku no doboku to narishi teire kana

Hoy, podando,
me he vuelto esclavo
de los crisantemos.

Hay unos versos de Issa en los que la dedicación fanática al cultivo de los crisantemos se refleja mejor, debido a que se hace de manera indirecta:

Nyûdo no ôhachimaki de kiku no hana

La cabeza afeitada
y una banda alrededor.
¡Flores de crisantemos!

Un sacerdote laico, o más probablemente un hombre corriente, con la cabeza recién afeitada, se ha atado una banda alrededor de su cabeza para concentrar sus energías en el cuidado de los crisantemos. El modo en que lleva esta venda en la cabeza indica su fanatismo.

Fuente:
R. H. Blyth: Haiku. Vol. IV. Hokuseido.Tokyo, 1951

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Esta vez organizaremos nuestro estudio de una forma un tanto diferente, con unos sencillos comentarios y preguntas.

Cita: 

...Esta estrofa parece algo breve, como si expresara la exasperación de Buson.

- A nuestro parecer, es todo lo contrario: el haiku emana el dulce éxtasis que experimenta el poeta por haber caído presa de la belleza y del amor a la creación. 

- Basarse en el tamaño de la estrofa para deducir los estados de ánimo del poeta lleva cierto aire de adivinación numerológica: con el mismo acierto podríamos basarnos en el tamaño de sus zapatos. Pero este proceder, además de pintoresco es  innecesario ya que el buen haiku muy pocas veces se centra en el estado de ánimo de las personas y sobre todo, en los del haijín. El haiku no concretiza y no induce al lector a revelar mensajes ocultos o a hacer deducciones a base de signos externos, sino envuelve al lector en un ambiente. El haiku es un microcosmos y no una sesión psicoanalítica, un  rompecabezas o un ejercicio de lógica estilo Sherlock Holmes. El haiku es arte y el arte por definición es libre de intenciones. Si no lo fuera, no sería arte sino propaganda o moralismo. El arte verdadero está empapado del bien, ya que lo está toda la Creación; pero el arte no es moralista.

Cita: 

El aficionado a los crisantemos podría replicar que el poeta es esclavo de la poesía, y no dejaría de tener un poco de razón, pero el objetivo de la vida poética, o más bien su condición, es la libertad.

-  No hay libertad sin compromiso; por lo tanto, es falso equiparar libertad a nihilismo y contraponer libertad a compromiso artístico. La poesía no es un deambular sin rumbo por los abismos del Universo: es una cruz aceptada, dulce y pesada a la vez. El camino del auténtico artista está lleno de dicha, pero de dicha auténtica, la que no excluye el dolor, el sudor y las lágrimas. Cultivar crisantemos (lo que ello signifique) es un trabajo arduo, pero sin este esfuerzo, y esfuerzo sostenido, no habrá jardín poético. Como hemos dicho, el compromiso es un componente fundamental de la libertad. Y compromiso ni más ni menos significa centrarse en el amor, descartando todo lo que no lo es y así vivir en libertad. Quien es esclavo del amor es libre.

Cita: 

La gente con pasatiempos e ismos, aquellos que distorsionan sus vidas en aras de un conjunto de principios o de algún propósito, se ven ellos mismos prisioneros de aquello que pensaron enjaular. 

- Dedicar la vida a cultivar los principios éticos y artísticos y luchar por ellos no es distorsionarla; todo lo contraro, es vivirla en plenitud.

-  Los bellos propósitos no enjaulan la vida, sino le dan sentido.

- Vivir los principios no es enjaularse, sino vivir la libertad auténtica.

 

Cita: 

La poesía de la estrofa precedente, si tiene alguna,... 

....evidentemente, no tiene ninguna.

Cita: 

...está en la cólera que provoca el mal uso de la vida y la belleza.

Si, como se ha dicho, no hay una estrofa precedente, no cabe ninguna  tesis sobre el mal uso de lo que sea. No hay estrofa, por lo tanto no cabe conclusión. No se puede ir apilando nada sobre  nada.

Cita: 

Lo que debió ser flor, se vuelve una atadura, 

¿Perdón? La flor siempre es una flor, salvo para los que la ven 
como si no lo fuera.

Cita: 

...lo que debía provocarnos una sonrisa, nos hace fruncir el ceño. 

¿A quién?¿Por qué?

Cita: 

En lugar de seguir a la naturaleza, tratamos de forzarla.

Un esclavo de la belleza, del amor y de su compromiso artístico sigue su naturaleza espiritual en máximo grado. Caer esclavo de la belleza y el amor no es lo mismo que caer esclavo de un hábito, como erróneamente afirma Blyth. 

Cita: 

Los primeros serán los últimos; y los últimos, los primeros. 

¿A qué viene citar el Evangelio aquí (Mat.20,1-16), fuera de contexto y fuera de lugar? 

Cita: 

Quizás sería mejor asumir que el poeta (o el hombre que cultiva las flores) está hablando consigo mismo.

- Creemos que es la peor opción posible. En absoluto existe fundamento para asumir tal cosa. Además creemos irrelevante buscar el delocutor en este haiku, porque, como cualquier haiku auténtico, se encuentra por encima de cuestiones accidentales y se mueve en lo eterno y lo universal.

Cita: 

Desde muy temprano en la mañana, hasta las altas horas de la noche, vela por los crisantemos, no se libra de ellos ni un instante. Cada crepúsculo, los mira hasta que anochece; lo primero que hace al alba, antes que cualquier otra cosa, es ir al jardín a contemplarlos. 

¿Hay algo en el haiku que justifique este desvío literario? ¿Quién permite utilizar el haiku para dar rienda suelta a la imaginación bajo el supuesto de ¨explicarlo¨?

Cita: 

Siente que el hombre fue hecho para los crisantemos, no a la inversa. 

¿Quién siente eso? ¿Blyth o algún personaje ficticio que creemos que ni por asomo existe esta poesía de Busón?

Cita: 

¿Y cuál es la verdad?  Si usted cree que el domingo fue hecho para el hombre, entonces nosotros podemos decir: “El hombre fue hecho para el domingo”. Por supuesto, la verdad es que ninguno está hecho para el otro, y a la vez están hechos para cualquiera. 

 - Otra cita evangélica usada, a nuestro parecer, arbitrariamente.  Lo que quería decir Jesucristo es que la ley no puede estar por encima de lo humano; que la misericordia triunfa sobre la justicia (Marcos 2, 23-28). Lo que, sin embargo, afirma Blyth desde su relativismo a ultranza es que si el sábado (la ley) haya sido hecha para el hombre, entonces sería igual de válido  que el hombre haya sido hecho para el sábado (la ley). Parece ser que lo absurdo de validar dos cosas contrarias entre sí no le preocupa demasiado, porque ser libre para él simple y sencillamente es desprenderse de cualquier orden, de cualquier jerarquía, de cualquier compromiso, de cualquier lógica, de cualquier distinción entre verdadero y falso, y, como hemos visto en otros estudios, entre el bien y el mal.

Pero, muy a pesar del autor del comentario, ser arbitario no es ser espontáneo y no es ser libre, sino todo lo contrario: es haber caido en la peor de las esclavitudes: la del ¨yo¨.   

Cita: 

Por supuesto, la verdad es que ninguno está hecho para el otro, y a la vez están hechos para cualquiera.  

Una afirmación a nuestro parecer confusa, fruto de la tesis forzada de Blyth de que la entrega incondicional a la poesía acarrea ausencia de libertad y genera fanatismo. El haiku es contundente: de él no se desprende ninguna inqietud sobre quién es para qué (y qué es para quíen) y por lo tanto cualquier respuesta, aun no siendo tan confusa, sería igual de improcedente.

Creemos que la inspiración que Busón materializó en este haiku estuvo muy lejos de la polémica y de planteamientos filosóficos artificiales. La palabra ¨siervo¨, ¨esclavo¨ es riquísima en significados, el más elemental de los cuales (en el cual Blyth basa su tesis por carecer de visión espiritual y aparte, por no ser poeta él mismo)  es que el esclavo sea una pertenencia. A Blyth ni por asomo se le ocurre que la esclavitud puede ser deseada, dulce e inevitable cuando de amor se trata. Y que un poeta es un esclavo, porque es un enamorado. Y es un enamorado porque, al  haber sido llamado a transmitir el amor con el que ha sido creado el universo, ha correspondido voluntariamente a esa llamada, renunciando a su ¨yo¨ en virtud de algo infinitamente mejor; algo que al fin y al cabo le otorga su verdadero ¨yo¨: el ¨yo¨ del entregado, el ¨yo¨del enamorado.

Cita: 

El poeta se da cuenta de esto en su fuero interno, lo piensa y se ríe de sí mismo, tiene una secreta satisfacción ante su propia desmemoria cuando atiende a las plantas.

¡Cuánto atrevimiento y, diríamos, ceguera se necesia para tomarse uno la libertad de hablar de parte del Gran Maestro del haiku Taniguchi (Yosa) no Busón! ¡El más delicado, el más refinado y quizá el más profundo de todos! ¡El poeta de los abismos existenciales que es capaz de alumbrar con sólo una pincelada!

***

...Y ahora, olvidándonos de todo ruido, rindamos homenaje a este gigante del haiku con simplemente saborear en silencio:



Kiku-tsukuri  nanji wa kiku no  yakko kana

¡Cultivador de crisantemos!
¡De ellos eres
esclavo! 

Constantino Dimitrov (c)

Miembro de la Fundación Internacional del Haiku, Tokio, Japón

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